Cervezeando

Un blog sobre cerveza para cerveceros sin complejos

Primera Elaboración (2/2)

Sin más dilación y con la seguridad de estar preparados para nuestra primera elaboración, fuimos a Internet en busca de la receta de una Voll-Damm, o algo parecido. Encontramos un par de ellas y decidimos elaborar las dos, para presentar al concurso aquella que más nos gustara.

Hay que tener en cuenta que nuestra cerveza no sería un estilo Marzën en si ni una Pilsner, pues no tenemos en casa ninguna nevera en la que meter un fermentador de 30 litros para que una levadura lager pueda hacer su trabajo a una temperatura adecuada.

Nuestra birra usaría una levadura Ale, mas concretamente la Safale-us 05. Así tendríamos una fermentación más cómoda, al no necesitar temperaturas bajas para realizar su trabajo transformando nuestro mosto en cerveza.

Elaboracion

Receta

Esta receta constaba (para unos 10 litros de cerveza) de los siguientes ingredientes:

Maltas:

  • 900g de Malta Vienna
  • 900g de Malta Munich
  • 450g de Pilsner
  • 200g de Malta Crystal 20L

Lúpulos:

  • 23g de Hallertauer Mittelfrüh (5,0% AA) en el minuto 60 para el amargor
  • 12g de Willamette (2,0% AA) en el minuto 15 para el aroma

Elaboración

Preparamos los ingredientes, esterilizamos todo y muy animados empezamos la elaboración.

Realizamos un macerado de 45 minutos A 62ºC y posteriormente 40 minutos a 73ºC. Era estupendo ver el grano macerando a esa temperatura y percibir aquel olor tan rico. ¡Estábamos haciendo nuestra primera cerveza! ¡Que ilusión!

Pasados los 60 minutos de macerado realizamos el recirculado antes de retirar la malla con la malta.

Con el recirculado hecho y con la malla con la malta retirada, comenzamos con 90 minutos de hervido del mosto. Una vez el mosto comenzó a hervir añadimos los 23g de Hallertauer Mittelfrüh.

Lupulo

Cuando quedaban 15 minutos para finalizar el hervido añadimos los 12g de Willamette y una cucharadita de Irish Moss (ahora si sabemos que una cucharadita para 10 litros es demasiado y que debíamos haber añadido solo media). Durante esos 15 minutos realizamos un whirlpool manual, removiendo con la paleta. La densidad inicial era correcta, pues el densímetro, tras aplicarle la variación por temperatura, nos marcaba 1050.

Con nuestro mosto ya terminado llego el momento clave y en el que nos toparíamos con el gran problema. El enfriado.

El gran problema

El enfriado supuso un problema grande por nuestra falta de previsión (no se puede achacar a otra cosa). Pensábamos meter la olla con el mosto caliente en un recipiente amplio con agua y hielo y hacer el enfriado de esta forma. Pero esto fue ante de decidir usar una olla eléctrica. Viendo que este método no era factible nos decidimos por trasvasar el mosto a su fermentador y enfriar este en lugar de la olla.

Una vez hubimos trasvasado el mosto nos dimos cuenta que el enorme fermentador con capacidad para 30 litros no cabía en ningún fregadero o recipiente que pudiéramos usar. No teníamos ninguna forma de realizar el enfriado en el menor tiempo posible y nuestro mosto cada vez tenía mas posibilidades de acabar contaminado.

IPA

Habíamos leído sobre un método australiano consistente en tapar el fermentador y dejarlo enfriar a temperatura ambiente durante 24 horas. Por lo visto es bastante utilizado en zonas con escasez de agua. No nos quedaba otra opción. No contamos con que esta opción puede estar bien si tienes el fermentador lleno a su máxima capacidad, puesto que de esta forma dejas el menor espacio para el aire y reduces el riesgo de contaminación. Realizar este método con tan solo 10 litros de mosto en un fermentador con una capacidad de 30 litros era prácticamente un suicidio.

Dejamos el fermentador 24 horas enfriando. Pasado este tiempo abrimos el fermentador para añadirle la levadura, lo volvimos a cerrar y ya dejamos fermentar durante 2 semanas.

Durante esas dos semanas estuvimos dándole vueltas al tema del enfriado y acordamos que nuestro equipo no estaba completo, pues necesitábamos algún sistema de enfriado. Fuimos a Internet a una de las tiendas que solemos visitar y adquirimos un serpentín. Ahora ya esperábamos tener todo nuestro equipo completo.

Terminamos

A la semana hicimos el trasvase a secundario. Al abrir el fermentador el olor avinagrado nos dio una bofetada y supimos ya con toda seguridad que se había producido algún tipo de contaminación por aire. Aún así decidimos finalizar todo el proceso de elaboración en lugar de desechar el lote directamente, de forma que pudiéramos detectar algún otro fallo en el proceso antes de ponernos con el segundo lote.

Procedimos a realizar el trasvase y en su momento haríamos el embotellado. Llegaríamos al final.

Estaba claro que esa birra no la podíamos entregar para el concurso. Afortunadamente, como os contamos al principio del post, teníamos dos recetas y cuando hicimos el pedido de maltas lo hicimos para ambas. Así que ese mismo día de trasvase de nuestra cerveza contaminada nos pusimos manos a la obra con la segunda receta con la seguridad de que esta vez teníamos todo lo necesario y la experiencia de un lote fallido.

En la próxima entrada os contaremos que tal fue este segundo lote, como fue el embotellado de los dos lotes y como sabían cada uno de ellos una vez estuvieron listos.

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